lundi 20 mai 2013

LES NOUVEAUX CANNIBALES (BARBECUE ISLAMIQUE)

El canibalismo en el islam

“Rebeldes sirios” hacen una barbacoa con la cabeza de un prisionero

Los “buenos” de la guerra de Siria siguen aportando nuevas muestras de su barbarie. 
Si hace unos días un “rebelde” se zampaba el corazón de una de sus víctimas, ahora podemos ver que también hacen barbacoas con las cabezas de los prisioneros capturados.


En la imagen aparece un “rebelde” depositando la cabeza de un hombre sobre una barbacoa, lo que recuerda el vídeo en el que Abu Sakkar, fundador de la Brigada Farouq, aparecía zampándose el corazón de un soldado, mientras exhortaba a sus seguidores a comerse el corazón, los hígados y otras vísceras de los leales al presidente Al-Assad. 

El referido vídeo fue difundido por los autores materiales del hecho y miembros de la pintoresca “sociedad gastronómica”, por lo que no es posible aducir que la producción islámica “gore”, con su singular oferta culinario, sea parte de una campaña tóxica del régimen sirio.
Si el joven “rebelde” que, al parecer, lucha contra la violencia de Al-Assad degustó la cabeza asada por el momento se desconoce, aunque la “cuisine islamique” permite ingerir las más gustosas partes de los infieles, apóstatas y adúlteras, como afirma un prestigioso y docto intelectual de la Universidad de Al-Azar. Según pontifica el intelectual egipcio: “Nos está permitido comer la carne de humanos muertos, pero con una condición, esto es, que la carne esté cruda”. Evidentemente, de lo expuesto se deduce que la pitanza, para tener carácter halal, no admite aliños ni condimentaciones encaminadas a realzar el sabor. Otro sabio, llamado Al-Shafie y que es considerado como el fundador de la jurisprudencia islámica, espetó in illo tempore: “Puedes comerte a un soldado enemigo o a una adúltera, pero no al infiel que se encuentra bajo la protección de un musulmán, ni a los prisioneros propiedad de musulmanes”.

Queda claro que, según la más sólida jurisprudencia islámica, es halal (lícito) hincarle el diente a un buen muslo de adúltera o infiel, ya sea este último cristiano, judío, budista, sintoísta o hundú, amén de los ateos, no obstante, es haram (ilícito) quemar los cadáveres de los creyentes de Alá. Sin embargo, los maleantes rebeldes del Frente Nusra, que en actitud vociferante defienden su condición de mahometanos puros, han incinerado cadáveres de “insurgentes” caídos en combate por un motivo: ocultar que eran soldados de Alá venidos de remotos confines o de Arabia Saudí. Por su supuesto, esta es una práctica muy fea, y sus autores, evidentemente, se están creando un karma malísimo.

Dentro de unos días volverán algunos gobiernos occidentales a cantar sus milongas sobre las armas químicas de Al-Assad, como en otros tiempos juraron por sus ancestros que Sadan Hussein poseía asombrosas armas de destrucción masiva… o que Gadafi distribuía viagra entre los suyos para que violaran a todas las mujeres de Bengazi, al tiempo que silenciaban las fechorías perpetradas por los “rebeldes” libios. Pero tantos y tan burdos embustes ya no cuelan, son de difícil digestión, tanto como la ingesta de carne cruda, cuyo consumo es halal según la mejor jurisprudencia islámica

(minutodigital.com)
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