LA SOLUTION, C'EST LA BURQA !
la pedofilia islámica
“Evita que tu pequeña hija sufra abusos sexuales vistiéndola con un burka”
Un afamado jurisconsulto saudí afirma: “Si los padres visten a sus hijitas con un burka evitarán que éstas sean víctimas de abusos sexuales”.
Abdullah Daoud, conocido eurito saudí de la Sharía, en el transcurso de una entrevista emitida por el canal Al-Majd T.V afirmó que los padres deben cubrir a sus bebitas con un burka, porque ocultándolas a la vista de los concupiscentes se evita que puedan ser víctimas de abusos sexuales. Sin embargo, el jurista y clérigo no especificó si el burka debía ser de camuflaje o de un discreto color negro mortaja, detalle nada nimio que ha provocado no pocas dudas.
Pero la conclusión del mahometano, basada según él en datos obtenidos de fuentes médicas y policiales, ha generado malestar, no exento de cierta hipocresía, entre los mismos expertos en la Sharía que defienden la licitud del jadiz que permite a los seguidores del “Profeta” mantener relaciones sexuales con niñas de 9 años.
Mohammad Al-Jzlana, otro conocido teólogo y exjuez del Tribunal de Reclamaciones, afirma que las prédicas de Daoud son una vergüenza para el islam y que sus fatuas carecen de la debida fundamentación teológica, por lo que no deben ser obedecidas. Y añade: “Cuando veo pasear a una familia con una bebita envuelta en un burka me entristezco, porque tal práctica constituye una injusticia para los niños”.
Daoud pretende salvar a las bebés de la lubricidad de los adultos escondiéndolos bajo un burka. Por su parte, Jzlama aduce que envolver a las pequeñas en una sábana negra es cruel, pese a que él mismo lapidaría a una menor de edad que tuviera el desparpajo de aparecer en plena vía pública sin el obligatorio niqab. Sin embargo, ambos, que se tiran del moño con sospechosa asiduidad, eluden toda referencia a la cuestión principal: la condena y represión de quienes perpetran este tipo de delitos especialmente repugnantes.
Según los jadices, Mahoma, ejemplo de comportamiento virtuoso, quedó prendado de la belleza de Aisha, una “mujercita” de 6 años, con quien contrajo matrimonio por “orden de Alá”. No obstante, el modélico “Profeta” esperó pacientemente a que su esposa-niña alcanzara la edad de 9 años para hincarle el diente, según se relata en un jadiz de Al-Bujari:
“El Profeta se comp
rometió cuando yo era una niña de seis (años). Fuimos a Medina y se quedó en la casa de Bani-al-Harith bin Khazraj. Luego me enfermé y mi pelo se cayó. Más tarde mi pelo creció (otra vez) y mi madre, Um Ruman, vino a mí mientras yo estaba jugando en un columpio con algunas de mis amigas. Ella me llamó y me acerqué a ella, sin saber lo que quería hacer conmigo. Ella me agarró de la mano y me llevó a la puerta de la casa. Yo estaba entonces sin aliento, y cuando mi respiración se puso bien, ella tomó un poco de agua y me frotó la cara y la cabeza con ella. Luego me llevó a la casa. Allí, en la casa pude ver a algunas mujeres ansaris (de clase alta) que dijeron: “Mis mejores deseos y la bendición de Alá y la buena suerte”. Entonces ella me confió a ellos y estos me prepararon (para el matrimonio). Inesperadamente el Apóstol de Alá vino a mí en la mañana y mi madre me entregó a él, y en ese momento yo era una niña de nueve años de edad”
De tales polvos, tales lodos. Pero ¿qué exégesis realizan del texto algunos musulmanes que viven en Occidente y que se sienten incomodados por lo que en él se dice? Pues la respuesta es tan risible como burda: Al-Bujari cuando escuchó el relato era viejo y estaba medio sordo, por lo que la transmisión es imperfecta.
(minutodigital.com)
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